Limpieza Profunda

La Limpieza Profunda es un tratamiento facial esencial que se enfoca en purificar y rejuvenecer la piel eliminando impurezas, exceso de sebo y células muertas. Este procedimiento combina diversas técnicas como la vaporización, exfoliación, extracción de comedones (puntos negros y espinillas), aplicación de mascarillas específicas, y en algunos casos, el uso de dispositivos ultrasónicos o de microdermoabrasión. Está diseñado para adaptarse a todo tipo de piel, especialmente beneficiando a aquellas propensas al acné o con tendencia grasa.
¿Qué beneficios podemos obtener?
Los principales beneficios de una limpieza profunda incluyen la mejora de la textura y tono de la piel, reducción de poros dilatados, control del acné y prevención de futuros brotes. Este tratamiento estimula la renovación celular, promueve un equilibrio en la producción desebo y proporciona una hidratación adecuada. Como resultado, la piel se ve más clara, suave y con un aspecto saludable y radiante.
¿Cómo se realiza?
El proceso inicia con la limpieza de la piel para eliminar maquillaje y suciedad superficial. Posteriormente, se aplica vapor para abrir los poros y facilitar la extracción de comedones. La exfoliación se realiza para remover las células muertas de la piel, seguido de la extracción manual o mecánica de impurezas. Luego, se aplica una mascarilla adecuada al tipo de piel que ayuda a calmar, hidratar y cerrar los poros. Finalmente, se aplica un tónico y productos hidratantes o específicos para tratar problemas particulares de la piel. El tratamiento puede incluir también masajes faciales para mejorar la circulación y la absorción de los productos aplicados.
Recomendaciones previas
Antes de someterse a una limpieza profunda, se recomienda no exponer la piel a sol intensivo o a procedimientos que puedan irritarla, como depilaciones faciales, al menos 48 horas antes del tratamiento. Es importante comunicar al especialista cualquier condición de la piel, alergias o medicamentos que se estén tomando, especialmente aquellos que afectan la sensibilidad de la piel, como retinoides o ácidos. Evitar el uso de productos con ingredientes agresivos o exfoliantes fuertes unos días antes es también aconsejable para prevenir la irritación durante el tratamiento.